La arquitectura del conjunto combina racionalidad estructural y sensibilidad estética.
Vaquero Palacios diseñó una central a pie de presa, incrustada en la roca y perfectamente adaptada al terreno, con un lenguaje moderno y monumental.
El edificio destaca por su volumen macizo, ritmo de vanos verticales y armonía entre el hormigón y el paisaje natural del Navia.
Además, proyectó elementos complementarios como la Casa de Dirección, las viviendas del personal técnico, almacenes y talleres, configurando un auténtico poblado industrial autosuficiente, modelo de planificación de la época.